jueves, 5 de enero de 2012

Soy una de las personas más orgullosas que te puedas echar a la cara, puedo negar lo evidente más de mil veces; soy de las que ven una película de amor y se queda llorando hasta pasados los agradecimientos; que cuando están tristes se pasan la tarde comiendo helado, chocolate y palomitas.. Escuchando canciones que te hacen sentir peor; de las que dan doscientas vueltas a la cabeza al irse a la cama y al despertarse no se acuerdan de la mitad; de las que promete que no volverá a tropezar en la misma piedra pero tiene tentaciones de saber que pasará; de las que se propone metas imposibles y no para hasta que le ponen los pies en la tierra; de las que intenta animar con más de una sonrisa; que escucha música según el estado de ánimo; de las que no se quedan sentadas llorando porque alguien las haya hecho daño, sino que coge la primera de cambio y la devuelve; soy de las que defiende de gigantes, pirañas y putas a todas las personas que quiere aunque sean mucho más grandes; de las que la lluvia no las amarga el día; de las que sale bailando por la puerta de casa; que se pasa horas y horas en el teléfono para no decir realmente nada; de las que cuando echan una foto se coloca el pelo antes del disparo ; y, lo más importante, soy una de las personas que ha aprendido a querer de verdad.


Sé que no soy una princesa, pero lo puedo imaginar

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